lunes, 21 de febrero de 2011

Inconformidad

En el diario vivir, mejor dicho en la cotidianidad de la vida, he notado que vivimos con una constante inconformidad con todo lo que nos rodea, les coloco un ejemplo claro y muy común, si hace  calor nos quejamos, si hace brisa también, en fin, siempre nos quejamos de lo que tenemos a nuestro alrededor sin darnos cuenta que esa cotidianidad junto con todo lo que viene  en el diario vivir es un regalo maravilloso de Dios.
El regalo de la vida cada vez siento que lo valoramos menos, cuando ese regalo es el que nos permite un crecimiento como personas en la búsqueda de la felicidad, cada quien tiene la fabulosa dicha de despertarse vivos, lo cierto es que no nos damos cuenta de eso porque siempre le buscamos un pero a cualquier cosa.
Insisto, la inconformidad es una realidad que nos está consumiendo esas ganas de vivir, el ser humano está creado para vivir y ser feliz, eso sí, depende de cada uno de nosotros la manera como encontramos la felicidad, debemos trabajar por esa felicidad teniendo en cuenta que Dios nos acompaña en cada pensamiento, en cada lugar , en cada sentimiento, Él en su infinita misericordia no duda de nosotros nos hace sentir seguro de que podemos llevar una vida alegre, si, con problemas, pero con la convicción de que a su lado los problemas se solucionan más rápido de lo que parece.
En fin la idea es ser agradecidos con Dios por todo lo que nos da, lo único que debemos hacer, es disfrutar y hacer las cosas bien para que Él nos siga regalando cada día el hermoso don de la vida.

miércoles, 2 de febrero de 2011

Vivamos con calma

En muchas ocasiones nos sentimos ahogados por la forma como llevamos nuestra vida, es decir, entre las obligaciones de nuestro trabajo, las del hogar, y todas las actividades en que participamos no nos damos cuenta que estamos siendo arrastrados por nuestras mismas labores.
No podemos dejar que esas actividades aunque hagan parte de la vida misma y de la cotidianidad,  permitan que nuestro cuerpo y mente se agote de una manera en la que prácticamente nos olvidamos de nosotros mismos.
Cada labor que realizamos a diario, se vuelve monótona, y de nosotros depende hacerla divertida o no, en pocas palabras hacer que disfrutemos demasiado lo que hacemos para que no vivamos en conflicto interno de que estoy haciendo lo que no me gusta.
Todas estas situaciones hacen que el ser humano actúe de diferentes formas, por eso, debemos buscar espacios de tranquilidad, de análisis, y de relajación, en los que nos detengamos a descansar la mente o hacer que ésta se distraiga un poco para luego no saturarla  de aburrimiento y dejadez.
Lo que quiero decir es que debemos amar lo que hacemos, ser apasionados en cada actividad que realicemos, para después no dejarla tirada por el simple hecho de que no nos gusta, también soy consciente que en la vida muchas veces hacemos lo que nos toca y no lo que deseamos, pero en estos casos como en todos, hay que pedirle a Dios mucha fortaleza para que logremos realizar el trabajo de una manera agradable y así poder obtener buenos resultados.
En realidad debemos aprender a amar lo que hacemos, y saber colocarle un alto a ese stress que muchas veces nos domina, lo más importante es que dejemos prudencialmente que la mente y el cuerpo descansen para poder obtener  éxito en lo que realizamos.