viernes, 19 de agosto de 2011

Siempre valdrá la pena

Cada vez que realizamos algún tipo de actividad, tratamos de hacerla bien pero por lo general queremos terminarla lo más rápido posible, hoy te quiero decir que esto no está mal, pero si he podido palpar desde la experiencia, que por preocuparnos  en terminar de una manera inmediata, dejamos a un lado las ganas de hacer las cosas bien o simplemente dejamos de identificarnos con lo que estamos realizando, en pocas palabras, perdemos el amor y la dedicación a la labor que estamos llevando a cabo.
Entiendo que no siempre hacemos lo que nos gusta, sino lo que nos toca, pero esa vieja frese que dice al mal tiempo buena cara, es una premisa para iniciar el proceso  de hacer las cosas de la mejor forma.
Cada actividad que hagamos, debemos colocarle todo el empeño necesario para que al culminarla tengamos la certeza de que está muy bien hecha, y si encontramos algún tipo de error,  pues que nos quede la tranquilidad que hicimos las cosas con muchas ganas, mucho amor, y que lograremos mejorar cada vez más para que el margen de error disminuya.
Las cosas hechas con amor siempre serán bien vistas, muy agradecidas, pero si miramos un poco más allá, la idea es hacerlas por satisfacción personal y porque el hecho de saber que somos capaces de realizar cualquier tipo de actividad hace que nos auto motivemos en el camino de la vida.
Nadie dijo que iba a ser fácil, pero es como todo en la existencia humana, debe haber un proceso de aprendizaje en el que estemos comprometidos con las labores que realicemos.
Por mi parte,  cualquier actividad que realizo, se la encomiendo a Dios, Él, sabe que es lo que necesito para hacerla de la manera correcta, y solo Él me da la fortaleza que necesito para hacer de cada acción una bendición y  me da la certeza que siempre valdrá la pena lo que cada uno pueda aportar y lo que pueda aprender de las demás personas.