Con el recorrer del
tiempo, me he dado cuenta que las personas se acercan mucho Dios en los momentos más difíciles, ojo, no
los estoy juzgando, porque para Dios cualquier momento es bueno a la hora de
abrir el corazón y recibir su amor, Él no señala ni se predispone, simplemente
entra en tu vida en el instante en que tú decides que el haga presencia en
ella. Dios siempre está dispuesto a entrar en cada una de sus vidas; cada
momento nos arrodillamos y le pedimos lo que nosotros creemos que necesitamos,
o lo que realmente necesitamos, nuestro Señor, en su infinita sabiduría sabe
que darnos, en el momento adecuado, es decir, cuando las cosas no se nos dan,
es simplemente porque Dios considera que no es necesario, pero pilas, debemos
seguir luchando por lo que queremos. Nunca pienses que el Dios que es amor
quiere un mal para ti, todo lo contrario siempre quiere lo mejor para sus
hijos. En este momento te hago la invitación a decirle gracias a Dios por todo
lo que nos regala, el hecho que hoy estés leyendo este blog ya es un milagro de
Dios, sí, es un milagro porque te permite abrir los ojos y levantarte en la
mañana con la disposición de conocer su amor, es un milagro porque miras a tu alrededor
y aunque hayan problemas tienes muchas bendiciones que el mismo Dios te regala
para que seas feliz, tu familia, tus padres, tus hijos, tus amigos, en fin,
todo lo que está a tu alrededor es un obsequio de Dios, no te de pena decirle,
Señor gracias por las maravillas que me das, con esta vida que tengo, voy a
buscar la felicidad, voy a luchar por ser cada día un mejor ser humano, gracias
mi Dios porque todo me lo das sin pedirme nada a cambio, solo que trate de
vivir de la mejor manera, una manera llena de tu espíritu santo.
Ser agradecido siempre te
va a ser feliz, ser agradecido te va a proyectar mejor en la vida como ser
humano, como no vamos a decirle gracias a Dios si nos dio la oportunidad de
vivir y como si fuera poco nos da el mundo en el que vivimos, cuando le pedimos
a Dios con la convicción que nos dará lo que le pedimos, no sería justo con Él
y con nosotros mismos no decirle gracias porque las cosas se nos están dando,
es decir, Dios nos está concediendo poco a poco lo que le pedimos, porque con
Él todo es un proceso, un proceso en el que debemos aprender y ser pacientes y
estar siempre disponible para lo que Dios quiera con nosotros.
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